Este artículo quiero comenzarlo sin ningún tipo de máscara… mostrando que cuando no las llevas eres tú, tu esencia, la parte que solo unos pocos afortunados te conocen.
Las personas que llegan a mí, son las que no juzgan a los demás, las que tienen una energía positiva y aportan en mi vida.
A lo largo del día, me pongo una máscara distinta, como tan distintos son las personas que encuentro a mi paso.
Es tan divertido ir cambiando de máscara, me dedico a jugar y no juzgar.
Os invito a jugar con máscaras distintas, eso hará que vuestra comunicación con los demás sea más fluida y divertida.
Además, ahora no llevamos la máscara como tal, pero si una mascarilla que hace que nuestra sonrisa no brille igual, pero recuerda esa sonrisa puede verse en tus ojos.
Con la sonrisa y las distintas máscaras jugaras en otra liga en la vida.
Por último, quiero que pienses ¿Cuántas mascaras eres capaz de poner en la vida? ¿hay alguna que quieras cambiar? O ¿hay alguna que no puedes quitarte?…
Esther
La mayoría de las veces el mismo “sistema”, te impulsa a usar máscaras, la autenticidad en ocasiones asusta y ahuyenta.
Yo durante mucho tiempo no tenia ni idea de quien era, me acostumbré a llevar la mascara siempre. En esta etapa de mi vida, me he liberado de ponérmela por obligación o por miedo al rechazo….
Aunque reconozco que siempre llevo una mascara en el bolso, por si tengo que utilizarla en algún momento, pero…. ahora decido yo, cuándo, donde y con quien usarla.
Lo mas importante no es sí la llevas o no, lo deseable es (aunque suene a «cliché») aceptarnos y querernos, tal y como somos.
Nuestra grandeza la llevamos dentro.
Mi opinión es, si decides usar mascaras, elige la que quieras llevar, cuando usarla y sobre todo donde y con quien. ¡Ahhh! y de vez en cuando quítatela, llevarla todo el tiempo es agotador muchas veces deja marcas y cicatrices…..
Piensa que hay personas que merecen saber quien eres tu.
Yokasta
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